Cuando se trata de embarcarse en el largo viaje de la paternindad hay varias mujeres de este milenio que están diciendo «No gracias».
SANTIAGO.-De acuerdo a un informe del INE sobre la fecundidad en Chile entre los años 1990-2011 el nivel de natalidad de las mujeres chilenas entre las edades de 20 a 29 años ha disminuido un 45%. Además un estudio del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile elaborado por la economista Sandra Quijada,afirma que al rededor de 47% de las mujeres en edad fértil no quieren tener hijos.
La tendencia es fascinante, ya que por un largo tiempo fue tabú para las mujeres aceptar que no querían tener hijos, y hasta el día de hoy hay quienes se sienten presionadas por la sociedad para cumplir con «su deber» como mujeres. Marcela Valencia, de 23 años,estudiante de kinesiología, siente que toda la vida ha sabido que no quiere tener hijos, «cuando yo tenía cuatro años y mis amigas jugaban con muñecas, a mi nunca me gustaron, nunca quise jugar a ser mamá», afirma.
Para muchas mujeres, el ser maternal viene de la mano con ser mujer, sin embargo, no todas somos iguales, puede ser que no todas las mujeres tengamos un instinto maternal que viene integrado a nuestra personalidad.
«Cuando vas creciendo ves a tus amigas que sueñan con casarse y ya le ponen nombre a los tres hijos que van a tener, y yo me di cuenta que no me llamaba la atención, no está en mis planes» dice Marcela. A los 23 años, muchos de nosotros tenemos que tomar decisiones que repercutirán en nuestra vida al largo plazo, la universidad a la que entramos, la carrera que queremos estudiar, etc, sin embargo, a la hora de hablar de hijos, la gente le dice a Marcela que «no sabe de qué está hablando».
«La gente te juzga, te dicen que cómo puedes ser tan egoísta, que son pensamientos que van a cambiar con el tiempo, cuando yo conozca al hombre de mi vida, etc, pero para mí el hombre de mi vida sólo va a estar pendiente de mí y yo de él» explica.
Lo mismo le pasaba a Edith Gonzales 48 años, liquidadora de Naves, de la Agencia BIM, hace más de 15 años cuando decidió que no quería tener hijos, «cuando mis compañeras salieron del colegio, se casaron y tuvieron hijos, y mi proyecto de vida no era ese, siempre me lo cuestionaron», asegura. «Muchas veces recibí críticas y me decían, eres egoísta».
¿Por qué es que la idea de reproducirse tiene que ver con generosidad? El Papa Francisco, a principios de este año aseguró que la decisión de no tener hijos era -nuevamente- egoísta, sin embargo, si la tendencia está creciendo, no solo en Chile, sino que mundialmente, algo debe estar pasando en nuestra sociedad
Para Edith la decisión, no pasaba -como muchos piensan- por ser extremadamente independiente y tener sueños que tener hijos podría detener, «Nunca fue mi fin tener hijos, si venían bien, si no también», cuenta.
«Para mí el tema de familia era súper importante, si no se daban las condiciones, según lo que yo esperaba, que era que un hijo tenía que venir en el contexto de una familia bien constituida, no iba a pasar», explica. «Para mi siempre fue más importante qué iba a ser de esa guagua, antes de pensar -Oh no me quiero quedar sola-«.
Para Marcela, sus opciones de carrera no tienen mucho que ver, «el que quiere hacer su vida profesional la hace, el que tiene una meta la cumple con o sin hijos» , para ella el tema va más allá, siente que «no sería feliz al tener un hijo, por lo que no haría feliz a ese niño tampoco».
No por tener aptitud biológica para tener hijos significa que todas quieran tenerlos, «La idea de que una mujer pueda decidir no tener hijos forma parte también de la libertad de elegir» nos dice la Doctora en Sociología de EHESS-CESPRA/Universidad de Chile, Camila Ponce.
Y esa libertad llama la atención, ya que hace algún tiempo tener hijos era una acción casi inconsciente, la planificación no era la misma. Hoy existe la presión de el costo de la educación, salud y en general, de la calidad de vida que le voy a entregar a ese niño, y por otro lado existe la visión de que una mujer sin hijos, no es una mujer ‘completa’.
Edith en ese aspecto asegura, «hasta ahora no lo lamento, por una razón muy específica, yo vengo de una familia muy grande, y cercana, por lo que los niños nunca han sido algo lejano».
«sin tener hijos uno también puede criar, que es lo más imp0rtante para mí, sobrinos, en mi caso, adoptar en otros, pero entregar ese amor siempre se puede de múltiples maneras»
La normalización de no tener hijos es una ganancia para todos nosotros,quieran optar por tener hijos o no. Nos recuerda que los niños son personas, que merecen ser criados y nutridos por los adultos que de forma proactiva quieren tenerlos. Y nos recuerda que las mujeres son personas, también – que existimos en este planeta, y tenemos una vida en la que buscar la felicidad y el placer y la bondad debe ser el fin, de la forma que esta felicidad venga. Tomar decisiones que se centran en nuestras propias necesidades y deseos no es egoísta. Es Lógico.
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