La rutina, los momentos de estrés… Quizá si llevas mucho tiempo con tu pareja, tu vida sexual ya no es la que era cuando empezó. Hay varios factores que afectan la regularidad con la que mantienes relaciones. Estos factores, junto con el hecho de que tengáis diferentes niveles de apetito sexual (y eso no es nada negativo), pueden crear problemas en la pareja.
Y desde una perspectiva social, vemos esta disparidad en el apetito como sinónimo de falta de amor o deseo por la otra persona. Lejos de la realidad, no todos tenemos los mismos apetitos y por tanto no significa que tu relación vaya a fracasar si tu pareja no es tan activa sexualmente como tú. También tiene sentido: si no priorizas el sexo por igual, es normal que te resulte difícil lograr un equilibrio entre los dos.
Para resolver este problema, es necesario tener en cuenta dos factores. En primer lugar, decir que no no significa que tu pareja haya perdido interés en ti y, en segundo lugar, ser 100% compatible con la otra persona en la cama es una tarea -casi- imposible por decir lo menos. ¿Qué puedes hacer para evitar que esta circunstancia interfiera en tu vida de pareja?
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Desmentimos cinco mitos sobre el sexo. /
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Puede parecer obvio, pero la comunicación es clave. Si el sexo no es una prioridad para la otra persona, tienes que aceptarlo. Hablar resuelve el problema. Introducir nuevas prácticas en su relación, como un juguete, también puede ayudarlo a sentirse más emocionado y, por lo tanto, la llama se vuelve a encender.
Invertir en juegos previos también es una buena manera de sentirse conectado sin la presión de cumplir con ciertas expectativas durante el sexo. Así examinarás lo que te gusta y podrás centrarte únicamente en las sensaciones. Si acaba en una relación sexual, perfecto. Y si no, siempre dijimos que las reuniones
caricias Siempre te han subestimado.
La clave es no sentirse herido por el comportamiento o los “rechazos” de la otra persona, especialmente si se basan en la confianza y el respeto. Tienes que entender que es posible que no tengas el mismo apetito sexual. Y con comunicación se puede solucionar. La clave es discutirlo e intercambiar los diferentes puntos de vista.







